lunes, 27 de agosto de 2012



El inminente final de nuestra existencia nos evoca a pensamientos acerca del sentido de la vida, de nuestra misión en este mundo. La existencia terrenal es solo pasajera.

Esas preguntas que solo nos formulamos en momentos difíciles.


Si queremos encontrar el sentido de nuestros días, fundamental es conocer la complejidad de nosotros mismos.


De algún modo, todos terminamos -inconscientemente- aferrados a otro tiempo.

Todo lo que AHORA hacemos, acaba de formar parte ya del pasado. Sin embargo, tenemos la posibilidad de revivirlo con la memoria, para volver a disfrutarlo o recapacitar, mas no para quedarnos en él.

Nos es imposible modificar el pasado, pero sí podemos hacer que el futuro sea como nosotros quisiéramos. Ese futuro, ahora forma parte del PRESENTE.

El futuro solo sirve para usarlo como proyección. Para actuar mejor AHORA que podemos, y no arrepentirnos luego.

Las respuestas a nuestras preguntas pueden ser resueltas a través de nuestra experiencia y las de los que nos rodean. Estamos aquí para aprender. Para disfrutar de lo que podemos hacer. Hacer ahora. Sin mortificarnos por el pasado o esperar al futuro.

Recuerda: No existe otro tiempo que el presente. Disfrútalo. Vívelo. Siéntelo. Aprende, enseña y comparte. Ama.





En una universidad de California, un grupo de neurocientíficos demostró que las mujeres son más inteligentes que los hombres. La polémina no se podía hacer esperar.


La explicación es la siguiente: La información que se traslada de un lóbulo a otro, en las mujeres, es -metafóricamente hablando- semejante a la velocidad de la luz. Y como es de esperarse, en el caso de los hombres, hasta un BlackBerry se reinicia más rápido.

He ahí la explicación científica del porqué las mujeres somos capaces de realizar varias actividades a la vez y hacerlas bien. ¡Aplausos para nosotras, chicas!





Una vez más queda demostrado que no todo es lo que parece. Ha simple vista y sin reparar en detalles se podría decir que aquel animal feroz, el león, gran cazador, solo ataca. En este caso, una leona, tiene en la boca a su cachorro. Indefenso, aun muy pequeño para protegerse solo del peligro que siempre va a estar al acecho. Un cuadro que pone al desnudo el amor y protección que también existe en esos animales que solo creemos feroces.





La televisión en señal abierta es tan buena como el gobierno de nuestro querido presidente Humala -nótese el claro amor y sarcasmo casi imperceptible- o como yo en física, en mi época colegial -que dicho sea de paso y aunque usted no lo crea, estuve a punto de jalar-. Así es, pues, que programas llenos de morbo y a costo de chismes, escándalos de la farándula "choliwoodense" y aprovechándose de las necesidades económicas de los más vulnerables de la sociedad, penetran en nuestros hogares y muestran la escasa creatividad y falta de un contenido de calidad. De que hay excepciones -como en toda regla- las hay, mínimas, claro está.




jueves, 23 de agosto de 2012


Además de estudiar comunicaciones en la universidad de Lima y como quiero ser el futuro de la sociedad, pensé que, sin duda, ser bilingüe debía ser mi primer paso. Así que me matriculé por primera vez en el Británico. Di examen. Por un milagro divino me mandaron directo a Intermedio-I. Mis padres, felices de haberse ahorrado los doce meses del Básico, y yo porque no quería que alguien me diga que rojo es red o repetir "my name is Sandra, I'm twenty-one years old and I don't have brothers". Ahora solo espero con ansias llegar a avanzado y quitarle los subtítulos a las películas.

Como suele ocurrir, cada vez que llegan las vacaciones voy directo al aeropuerto y en una hora estoy en Tarapoto. Sin haber nacido allá, los dieciséis años que pasé a temperaturas infernales valieron la pena. Cataratas, lagunas y el cielo azul, no como la panza de burro que tiene Lima. Sin embargo, debo aceptar que me he acostumbrado al clima frío. Allá es un sauna las 24 horas. Ahora solo voy porque mis papis aclaman mi presencia. Dicen que me extrañan. Yo los extraño más. Es un extrañar raro, porque mi padre a veces ni me llama -es broma, papi-. La verdad es que hablamos todos los días y hasta amenaza con venirse en cualquier momento sin avisar, porque quiere sorprenderme in fraganti haciendo dios sabe qué. Paranoias de padre.

Lo que él no sabe, o sabe pero tiene ciertas dudas, es que lo único que hago es leer como si el mundo se acabara mañana. Por tal razón, me dedico a saquear la biblioteca de la universidad. Me gustaría comprar mis propios libros y presumir de mi biblioteca en casa. Pero mi padre me manda lo justo y necesario para mi subsistencia. Gastitos y gustitos extras tendrán que esperar para cuando consiga chamba. Leer es divertido. Me puedo pasar todo el fin de semana leyendo. No es que sea de esas antisociales-nerds-aburridas. Pero prefiero aprovechar esas madrugadas silenciosas para devorarme una novelita. Tengo varios libros pendientes en mente, pero los siete cursos que llevo este ciclo están complicando y modificando mis planes literarios.

Las últimas novelas que leí fueron: Las Travesura de la niña mala de Mario Vargas Llosa, Un mundo para Julius de Bryce Echenique. Unas cuantas de Jaime Bayly, Y de repente, un ángel, Fue ayer y no me acuerdo, Morirás mañana: El escritor sale a matar. Y uno que otro librito más. Quiero con desesperación leer Cien años de soledad de García Márquez. Pero antes debo terminar La ciudad y los Perros que la comencé hace un par de días pero me distraje con Doce cuentos peregrinos.

No practico deportes. Mi esfuerzo físico se resume en subir y bajar los cinco pisos del edificio donde vivo. Me he mudado tantas veces y me rehúso a continuar con un estilo de vida nómada. Miraflores es una zona tranquila. De lo único que podría quejarme es de estar destinada a viajar en combi, durante casi una hora diaria para ir a clases. No sé manejar y por más que tuviese un carro, no lo haría. Soy muy cobarde para enfrentarme a las calles limeñas. Así que, solo si me regalaran un departamento a una cuadra de la universidad renunciaría a mi sedentarismo, por enésima vez. Pero como no sucederá, continuaré siendo una de las tantas miraflorinas que hay.

Si no leo, veo tele, mas nunca escucho radio. Solo esporádicamente cuando visito a una tía, soy una efímera oyente de los avances informativos de RPP o de las musiquitas del ayer de "La hora del Lonchecito" que ella sintoniza, y que me recuerdan a mis tardes en Tarapoto junto a mi padre. Felizmente, hace mucho no veo esas novelas mexicanas-brasileras, pero sí tengo un gusto inexplicable por los noticieros -solo los del horario nocturno-. En las mañanas no, porque duermo hasta las once o doce debido a que el insomnio se ha vuelto mi fiel compañero. Me imagino algún día narrando noticias o entrevistando a algún político corrupto y hacerle preguntas que lo incomoden.

Si no son noticias, cualquier película que llame mi atención mientras me paseo por todos los canales. Por lo general, me detengo en History Channel o Discovery Channel o veo mi eterna serie favorita: F.R.I.E.N.D.S.

Creo que mis gustos no son tan comunes si me comparo con otros de mi edad. Ahora aparece en mí otra rareza y me pregunto ¿quisiera ser como las demás flacas, las que se visten siempre a la moda, que están pendientes de lo nuevo y las últimas tendencias? Es poco probable que mi preocupación se extienda hasta esos límites. Seré, por no sé cuánto tiempo más, de las que tienen un espíritu más alejado y poco inmerso en ese mundo. Mi admiración y respeto por ellas, las que siempre están a la moda, pero a veces pienso que la vida sería más cómoda en pijamas, en pantuflas.


Continuará...






No te han preguntado alguna vez cuál es tu 'peli' favorita y al instante se te crearon lagunas mentales y solo recuerdas haber visto Titanic -y eres miembro oficial del club de los que odiamos a Rose porque sabes que los dos alcanzaban en esa tabla de madera y que Jack murió por su culpa-. O te lanzas y dices el nombre de última que viste en el cine -sí, en la que te quedaste dormida después de acabarte tu megacombo de canchita y litro de gaseosa-. Ya, Los ojos de Julia es una película española, una historia de suspenso, de las que te envuelven de principio a fin -aunque suene a cliché-.

Julia, tiene una enfermedad degenerativa en los ojos que le ocasiona la pérdida progresiva de la visión, trata de descubrir la verdad sobre la misteriosa muerte de su hermana, Sara, quien parece haberse suicidado. Sin embargo, Julia se encargará de descubrir la verdad enfrentándose a lo peligroso y desconocido.

Los que ya la vieron me darán la razón.




jueves, 16 de agosto de 2012



Cuenta la historia que aquellos que escuchan buena música van al... No, la verdad no sé adónde van, pero la razón oculta del porqué me gusta esta canción NO es porque me la haya dedicado un equis, un ex, una zeta o cualquiera de esas letras -menos la eñe, porque no me gusta la eñe-. Y esa tampoco fue la razón por la que le di replay hasta lograr el odio desmedido de mis vecinos, que al parecer solo escuchan cancioncitas de Arjona o de Justin biliever -si eres de ese grupo, por favor, omitir el comentario anterior-. Y como esas fans-locas-enamoradas que se saben toda la letra... bueno, yo no me la sé, bueno sí, pero la idea es que equis, ex o zeta nunca lo sepan. 




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