Fue como uno de esos cuentos impredecibles. Sin que lo notes e inclusive sin ser consciente de lo que sucede, lo conoces ¿El destino? Nómbrenlo como deseen. Me recordó que no debemos vivir en el futuro ni en ningún tiempo remoto. No te pre-ocupes, me dijo, pues lo único que existe y tenemos en este momento es el presente, y podemos vivirlo.
martes, 11 de septiembre de 2012
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